viernes, 14 de junio de 2019
EL SILENCIO
A veces el silencio es ensordecedor.Tan rotundo. Tan explícito.
Tan extravagante.
Que me tapo los oídos y los ojos.
Y las manos se me ponen moradas de tanto apretar.
Que los pies se me enrollan a la altura del ombligo.
Que las uñas se me erizan.
A veces el silencio está tan roto que ni lo puedo escuchar.
No lo quiero escuchar.
Duele.
A veces el silencio duele y me estremezco.
Me sumerjo en lo oscuro de mi garganta.
Me sumerjo en lo oscuro de mi piel.
Me sumerjo y me dejo caer.
Ya.
A veces el silencio está justo ahí: en la caída.
No hacen falta palabras. Ni poemas.
Ni canciones.
No hacen falta buenas intenciones. Ni frases hechas.
El silencio, al fin y al cabo, nos acompaña .
Como siempre.
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