domingo, 18 de agosto de 2013

LECCIONES


Llegado el momento en que le mires a los ojos y no sientas compasión, será una buena decisión el plantearse perder a tu amigo. Empieza por distanciar el contacto. Toma tú primero la iniciativa. No dejes que se te adelante o te dolerá más. Llama solo una vez a la semana y luego ve distanciando tus comunicaciones: cada quince días y luego una vez al mes. Si es él quien te llama, deja que el teléfono suene y no descuelgues. Tu orgullo es superior al suyo. Responde tres días más tarde y excúsate por tu gran vida interior. Él seguirá invitándote a cenas aburridas, o a fiestas de cumpleaños, seguirá insistiendo para ir al cine o pasear en tardes de otoño. Accede dos o tres veces pero plantéatelo como un mero trámite en tu estrategia. Si el enemigo se cansa la batalla estará ganada. Cuando te cuente que la novia lo dejó o que su madre está enferma asiente levemente, tócate la barbilla simulando interés pero cambia de tema en cuanto tengas ocasión. Habla de tus conquistas, expláyate con tu nuevo trabajo y cuéntale cada insignificante cosa que hagas por las tardes. Si te pide prestado un libro o te pregunta si le puedes dejar una corbata dile que no. Sin explicaciones. No dejes que vaya a tu casa y nunca, nunca, paséis unas vacaciones juntos. Compartir más de dos horas de confesiones podría arruinar tu imagen de persona autosuficiente. No vayas a su boda y olvida su cumpleaños. Recuerda que al cabo de unos meses, un año a lo sumo, ese gran amigo se convertirá en un conocido más. Un día os cruzaréis por la calle y simplemente os saludaréis con un  leve movimiento de cabeza. Sigue caminando, no mires atrás y felicítate por el éxito conseguido.
 
 
 

2 comentarios:

  1. muy duro !! estoy en eso ahora con alguien y me lo has descrito muy bien.

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    1. Muchas gracias por tu comentario. Aunque todo es ficción me agrada que te sientas identificada con el mensaje.

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