Yo te pienso cuando, por ejemplo, me lavo los dientes. Y me
imagino que estás a mi lado, lavándote los tuyos. Y me imagino, por ejemplo,
que nos peleamos de la risa por ver quién ocupa más espacio de vanidad en el diminuto
espejo. Yo te pienso cuando, por ejemplo, tumbada en el sofá me quedo frita e imagino
que tú me miras desde la silla de la mesa del comedor y, sigiloso, apartas mis
piernas, te sientas y vuelves a apoyar mis pies encima de tus piernas. Y
entonces me acaricias mientras solo tú ves la tele. Yo te pienso cuando, por
ejemplo, conduzco hacia la playa e imagino que tú eres mi copiloto y a cada
curva pones tu mano sobre la mía que está cambiando de marcha. Y paramos en un
pinar cerca del mar y hacemos el amor a la sombra de un árbol gigante.
Yo te pienso así y de muchas más formas. Pero, claro, tú de todo esto no sabes nada.
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