jueves, 11 de julio de 2013

NOCHE DE REYES



Era noche de Reyes y yo no podía dormir. Me acurrucaba bajo la manta con la esperanza que el cansancio acabaría venciendo y me despertaría a la mañana siguiente. Me imaginaba abriendo la puerta del comedor y descubriendo los regalos, los globos, las fotos y los zapatos repletos de caramelos.
Fue en la oscuridad de la madrugada cuando me sorprendí escuchando a mi madre montando la bicicleta y a mi padre envolviendo el telescopio. Sabía que no hablaríamos del tema durante el desayuno. Yo tampoco me atrevía a preguntar. Nadie durmió en la casa. En ese momento descubrí que mi Rey Baltasar no aparecería esa noche. Ni ninguna noche más.



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