domingo, 9 de junio de 2013

CUENTO


El hombre sueña con su mujer. La verdad, no sabe por qué. Le inquieta, después, haberlo hecho. Sueña que, en la cama, ella le recuerda una lista de quehaceres matrimoniales, uno a uno. Le recuerda que debe trabajar y cuidar de ella. Le recuerda que debe amarla y quererla. Le inquiere en hacerle el amor cada dos noches, pero antes de las once, eh, ¿cariño?, para que el cutis no se me tense y se me destense como un acordeón. Le recuerda que debe defenderla ante los demás. Le recuerda que los pantalones los llevará ella, en casa, eso sí. Al fin, el hombre respira y palpa en la cama, a su derecha. La mujer se gira y gime algo parecido a una malapalabra. El hombre piensa que, esta noche, quizá ella también habría preferido dormir sola.

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